Argentina está a punto de convertirse en el primer país certificado como proveedor de tubos de presión para centrales nucleares de tipo CANDU (CANadian Deuterium Uranium reactor) y en 2013 fabricará los artefactos necesarios para extender la vida útil de la Central Nuclear Embalse,sita en Córdoba.
"Un desarrollo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) permitió por primera vez certificar tecnología para fabricar tubos de presión, mientras que los ensayos de materiales para la certificación del producto están prontos a finalizar", adelantó a Télam el físico Pablo Vizcaino.
Este especialista que se desempeña en la CNEA, dijo a Télam que "aplicando una variante (laminación en frío) a la tecnología de fabricación original empleada en Canadá (trefilado)- Argentina certificó la tecnología de fabricación de los tubos de presión".
Vizcaino señaló que estos desarrollos en los que se trabaja desde hace años, están en línea con los procesos de sustitución de importaciones de alta tecnología que propicia el Gobierno Nacional.
"El tubo de presión es el componente más exigido en este tipo de reactores y no es un producto seriado: por criterios de diseño debe durar toda la vida útil del reactor (30 años).
Debido a esto a los canadienses les interesaba contar con proveedores alternativos de este componente" explicó Vizcaino.
Al respecto agregó que "desde el principio existió una estrecha colaboración, ellos inspeccionaron la laminadora instalada en la Planta Piloto para Fabricación de Aleaciones Especiales (PPFAE) ubicada en el Centro Atómico Ezeiza, ayudaron a certificar el Laboratorio de Ensayos de Materiales del Centro Atómico Constituyentes y prestaron toda su cooperación y apoyo a nuestro trabajo", remarcó.
En el marco de la extensión de la vida útil de la Central Nuclear de Embalse, el equipo que coordina Vizcaino tendrá la responsabilidad de producir y entregar en 2013, los 400 tubos de presión que se necesitan para el recambio de los que actualmente están en operación.
A diferencia de otros reactores, como por ejemplo el de ATUCHA I que responde al tipo de reactores de vasija -recipientes que soportan altas presiones debido a la temperatura de operación-, en el caso de los CANDU como el de la Central Nuclear de Embalse, el proceso de fusión se produce en cada uno de los 380 canales combustibles, en el interior de los tubos de presión.
Los tubos de presión son el componente más exigido de estos reactores: operan a temperaturas de entre 250 y 300 grados centígrados, soportan 100 atmósferas de presión interna y están sometidos al flujo neutrónico producto de la fisión del uranio.
En su interior se ubican los elementos combustibles y el agua pesada refrigerante. Dentro de estos canales combustibles se produce la fisión del uranio. El calor que libera la reacción se extrae y utiliza para generar el vapor el que finalmente mueve la turbina que genera la energía eléctrica.
El Departamento de Tecnología de Aleaciones de Circonio de la CNEA que conduce Vizcaíno lleva adelante la implementación de la tecnología de fabricación de este componente.
"Reproducimos procesos con una tecnología similar cuyas variantes fueron aprobadas por AECL (Atomic Energy of Canada Ltd) y trabajamos en conjunto con CONUAR-FAE, empresas asociadas a CNEA ubicadas dentro del Predio del Centro Atómico de Ezeiza- que participan llevando a cabo las últimas etapas de fabricación del componente y son responsables de la provisión del componente terminado a la central”, precisó el físico.
La actividad principal de la Fábrica de Aleaciones Especiales (FAE) es la fabricación y comercialización de vainas y barras de Zircaloy (aleación de circonio) que son utilizadas en los elementos combustibles de las centrales nucleares de potencia, y es una empresa mixta entre la CNEA y Pérez Companc.
Por su parte Combustibles Nucleares Argentinos S.A. (CONUAR) produce los elementos combustibles para las centrales Nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse.
Estos procesos desarrollados por CNEA permitirán a la industria nuclear argentina posicionarse como proveedor alternativo de insumos para más de 20 reactores CANDU, instalados en siete países.
"Un desarrollo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) permitió por primera vez certificar tecnología para fabricar tubos de presión, mientras que los ensayos de materiales para la certificación del producto están prontos a finalizar", adelantó a Télam el físico Pablo Vizcaino.
Este especialista que se desempeña en la CNEA, dijo a Télam que "aplicando una variante (laminación en frío) a la tecnología de fabricación original empleada en Canadá (trefilado)- Argentina certificó la tecnología de fabricación de los tubos de presión".
Vizcaino señaló que estos desarrollos en los que se trabaja desde hace años, están en línea con los procesos de sustitución de importaciones de alta tecnología que propicia el Gobierno Nacional.
"El tubo de presión es el componente más exigido en este tipo de reactores y no es un producto seriado: por criterios de diseño debe durar toda la vida útil del reactor (30 años).
Debido a esto a los canadienses les interesaba contar con proveedores alternativos de este componente" explicó Vizcaino.
Al respecto agregó que "desde el principio existió una estrecha colaboración, ellos inspeccionaron la laminadora instalada en la Planta Piloto para Fabricación de Aleaciones Especiales (PPFAE) ubicada en el Centro Atómico Ezeiza, ayudaron a certificar el Laboratorio de Ensayos de Materiales del Centro Atómico Constituyentes y prestaron toda su cooperación y apoyo a nuestro trabajo", remarcó.
En el marco de la extensión de la vida útil de la Central Nuclear de Embalse, el equipo que coordina Vizcaino tendrá la responsabilidad de producir y entregar en 2013, los 400 tubos de presión que se necesitan para el recambio de los que actualmente están en operación.
A diferencia de otros reactores, como por ejemplo el de ATUCHA I que responde al tipo de reactores de vasija -recipientes que soportan altas presiones debido a la temperatura de operación-, en el caso de los CANDU como el de la Central Nuclear de Embalse, el proceso de fusión se produce en cada uno de los 380 canales combustibles, en el interior de los tubos de presión.
Los tubos de presión son el componente más exigido de estos reactores: operan a temperaturas de entre 250 y 300 grados centígrados, soportan 100 atmósferas de presión interna y están sometidos al flujo neutrónico producto de la fisión del uranio.
En su interior se ubican los elementos combustibles y el agua pesada refrigerante. Dentro de estos canales combustibles se produce la fisión del uranio. El calor que libera la reacción se extrae y utiliza para generar el vapor el que finalmente mueve la turbina que genera la energía eléctrica.
El Departamento de Tecnología de Aleaciones de Circonio de la CNEA que conduce Vizcaíno lleva adelante la implementación de la tecnología de fabricación de este componente.
"Reproducimos procesos con una tecnología similar cuyas variantes fueron aprobadas por AECL (Atomic Energy of Canada Ltd) y trabajamos en conjunto con CONUAR-FAE, empresas asociadas a CNEA ubicadas dentro del Predio del Centro Atómico de Ezeiza- que participan llevando a cabo las últimas etapas de fabricación del componente y son responsables de la provisión del componente terminado a la central”, precisó el físico.
La actividad principal de la Fábrica de Aleaciones Especiales (FAE) es la fabricación y comercialización de vainas y barras de Zircaloy (aleación de circonio) que son utilizadas en los elementos combustibles de las centrales nucleares de potencia, y es una empresa mixta entre la CNEA y Pérez Companc.
Por su parte Combustibles Nucleares Argentinos S.A. (CONUAR) produce los elementos combustibles para las centrales Nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse.
Estos procesos desarrollados por CNEA permitirán a la industria nuclear argentina posicionarse como proveedor alternativo de insumos para más de 20 reactores CANDU, instalados en siete países.
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