El frente NUEVO ENCUENTRO manifiesta su absoluto compromiso con la defensa de la Democracia y sus instituciones, y su respaldo
incondicional a la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, frente a la brutal embestida impulsada por oscuros intereses
desestabilizadores.
En estos días, los argentinos y argentinas asistimos a un ataque virulento contra la Patria, el Pueblo y sus representantes,
en la que ex espías echados de sus cargos, funcionarios del Poder Judicial, operadores económicos, dirigentes opositores y
empresarios de medios, entre otros, se alían para generar temor e incertidumbre en la sociedad a través de la mentira y la
manipulación. Quienes enfrentaron durante toda esta década el proceso de transformaciones puesto en marcha por Néstor Kirchner y Cristina
Fernández de Kirchner conjugan hoy estrategias con los planificadores de la impunidad para llevarse puestos a los representantes del Pueblo
argentino, empezando por nuestra compañera presidenta.
Como militantes del proyecto político nacional, popular y democrático que más hizo y hace por la plena vigencia de todos los derechos humanos y
a favor de la Memoria, la Verdad y la Justicia, no debemos permitir que la lamentable muerte del fiscal federal Alberto Nisman sea
utilizada para atemorizar a los argentinos y argentinas, corroer los cimientos de nuestra Democracia, consagrar la impunidad
de los responsables del atentado a la AMIA y avanzar, con fines destituyentes, sobre nuestro Gobierno nacional.
El país atraviesa un momento histórico intenso y dramático, en el que resulta imprescindible redoblar el compromiso de los argentinos y
argentinas y de sus organizaciones políticas y sociales para defender a la Democracia y a los poderes públicos legalmente constituidos. La trágica
muerte del fiscal Nisman pone de manifiesto la existencia de una compleja trama de intereses que debe ser develada, para que la Verdad y la
Justicia que deseamos se impongan frente a una nueva embestida de los promotores de la mentira y la impunidad. No podemos resignarnos
a aceptar acusaciones sin fundamento, operaciones mediáticas, chivos expiatorios y relatos inventados por quienes anhelan
demoler al Gobierno constitucional y volver a poner al Estado en función de sus privilegios.
Veintiún años de manipulación de la investigación del atentado a la AMIA, veintiún años que arrojaron más escombros sobre las víctimas y sus
familiares, deberían ser prueba suficiente de lo que son capaces los engañadores y cómplices del horror y la ignominia. Más de dos décadas
de burla, tergiversación, pruebas falsas y ausencia de Justicia son la evidencia terrible de cómo una parte nada despreciable
del Poder Judicial ha sido y es intervenida por oscuros intereses criminales, para mantener impunes a los asesinos y sus
promotores.
Es en los laberintos de ese Poder -el único aún no democratizado de la República- en el que se esconden enormes enemigos del Pueblo y de
la Patria, que utilizan sus facultades para favorecer a grupos minoritarios, para condicionar a los poderes públicos y para frenar el avance de
importantes transformaciones impulsadas desde el Poder Ejecutivo y el Congreso de la Nación. Es allí donde, con la anuencia de dirigentes
políticos cómplices, el auspicio de grandes medios y el apoyo de corporaciones económicas y operadores de gobiernos
extranjeros, se toman decisiones que corroen los cimientos de una Democracia que debemos consolidar frente a los intentos
desestabilizadores.
La reciente difusión pública de la denuncia del fiscal Nisman (hasta entonces desconocida pero largamente publicitada
por la usina corporativa de medios opositores al Gobierno y la Democracia), dejó claro que la misma no era otra cosa más
que un nuevo capítulo inverosímil del relato de fábulas tendientes a desviar la atención y facilitar la impunidad de los
responsables del atentado del 18 de julio de 1994. Lo insustancial, improbado e incongruente de las acusaciones contra Cristina y otros
funcionarios mancilla la memoria de quien hoy debería pero no puede descansar en paz, después de haberse prestado -voluntariamente o no-
al servicio de quienes engañaron durante décadas a millones de personas; al servicio de quienes alejaron a los familiares de las víctimas de la
AMIA de la mínima pero imprescindible reparación que significa identificar a los verdaderos responsables. El conocimiento público de los pobres
elementos esgrimidos por Nisman para sostener su escandalosa denuncia es el peor epitafio para quien tenía la responsabilidad de colaborar en el
esclarecimiento de las responsabilidades de aquel terrible atentado.
El dolor y la confusión por una muerte trágica e indeseada por quienes amamos la Paz y la Democracia, así como el respeto al duelo de quienes lo
quisieron y compartieron su vida, no pueden echar otro velo sobre la Verdad y la Justicia. Necesitamos saber cuáles fueron las razones que llevaron
al fiscal a sostener con tanta vehemencia una denuncia, a todas luces, inválida. Necesitamos saber quiénes condujeron de tal modo esa
investigación como para llevarlo a imputar sin elementos a la propia presidenta de la Nación, para regocijo de opositores
políticos y corporaciones mediáticas. Necesitamos conocer a quiénes lo empujaron y por qué a semejante exposición pública
de una acusación tan grave como indocumentada, al punto de obligarlo a interrumpir sus vacaciones familiares para volver
al país a tan trágico destino. Porque posiblemente detrás de eso que necesitamos saber se escondan los promotores de su muerte y quienes
siniestramente pretenden beneficiarse con ella.
Es imprescindible para la Democracia y la República conocer absolutamente las circunstancias del fallecimiento del fiscal Alberto Nisman y, por
supuesto, profundizar la investigación del encubrimiento del atentado a la AMIA, para que los verdaderos responsables del mismo no queden
impunes. Pero además, y por sobre todas las cosas, es fundamental no dar ni un solo paso atrás en la dilucidación plena de lo
ocurrido aquel 18 de julio, para que las víctimas directas, sus familiares y todo el Pueblo argentino podamos tener la paz y la
tranquilidad que deseamos y merecemos.
Al respecto, resulta necesario recordar que ha sido este Gobierno y la propia Cristina Kirchner, primero como legisladora y
luego como presidenta de la Nación, quienes más pasos dieron a favor del esclarecimiento absoluto del horrendo atentado
terrorista en el que fueron asesinados 85 argentinos y argentinas, luchando por sortear los numerosos obstáculos arrojados
para desviar la investigación. Y ha sido en otro poder del Estado, en el Judicial, donde el expediente navegó un espantoso derrotero de
desvíos, filtraciones y tergiversaciones que amenazaron con hacer naufragar la búsqueda de la Verdad. La sociedad argentina en su conjunto fue
víctima de ese atentado a la mutual israelí; no podemos resignarnos a ser, además, víctimas de la mentira y la manipulación destinadas a negar el
conocimiento de la verdad y mantener impunes a los responsables de ese horror.
Desde el frente NUEVO ENCUENTRO -integrante de Unidos y Organizados y el Frente para la Victoria- conscientes de nuestra responsabilidad
de defender a nuestra Democracia y nuestro compromiso de fortalecer el proyecto político y social que más hizo y hace por ampliar y profundizar
los derechos del Pueblo y la soberanía de la Patria, convocamos a cerrarle el paso a la mentira, la manipulación y el engaño, a no
ceder ante la extorsión que realizan las corporaciones a través de sus habituales operadores mediáticos y a defender a la
Democracia y los poderes públicos constitucionales.
Mesa Nacional del frente NUEVO ENCUENTRO, 23 de enero de 2015
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