Un total de 131 científicos fueron destacados por el aporte a la docencia, a la investigación y al mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad, durante un acto por los 55 años del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) que se celebró en Tecnópolis.
El ministro de Ciencia, Lino Barañao, presidió el acto en conmemoración de los 55 años del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), donde 131 científicos fueron destacados por el aporte a la docencia, a la investigación y al mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.
Veinticuatro de ellos recibieron la mención de "investigador emérito" por haberse destacado en funciones de conducción del Conicet y por haber colaborado en el asesoramiento del sistema científico-tecnológico argentino, mientras que otros 107 fueron reconocidos al haber pasado de "investigador principal" a "superior" entre 2009 y 2012.
"Este es un logro colectivo. En dictadura los científicos eran peligrosos, en los 90 prescindibles; hoy estamos sacando la ciencia de un papel solamente cultural, una actividad para pocos, y la estamos poniendo al servicio de la industria y el desarrollo del país", dijo el ministro, Lino Barañao.
Destacó, ante una audiencia de unas 800 personas entre becarios, investigadores y otros integrantes del organismo, la importancia de estos últimos diez años del Conicet y definió la carrera del investigador como "la que permitió incorporar el concepto de responsabilidad social" en la actividad.
Antes de subir al escenario de la Nave de la Ciencia para recibir su mención como investigador emérito, Eduardo Charreau, quién fue presidente del organismo entre 2002 y 2007, dijo a que el Conicet "es sin duda la nave insignia de la ciencia argentina".
“A partir de la creación del Conicet, los investigadores pudimos pensar que con la ciencia también era posible vivir. Cuando uno llega por vocación el camino es para toda la vida", sostuvo el especialista en endocrinología molecular.
Para Raquel Chan, directora del Instituto de Agrobiotecnología Molecular de Santa Fe y del centro del Conicet de esa ciudad, "después de muchos años de cierre e imposibilidad, hoy podemos decir que la única premisa para ser investigador es querer serlo".
"Con mucho trabajo en equipo y haciendo mérito se puede hacer investigación en Argentina" sostuvo Chan, que encabeza un proyecto sobre las plantas y su posibilidad de enfrentar los cambios climáticos".
En tanto, Daniel Vila, director del CCT de Rosario, que estudia la resistencia que tienen los antibióticos a bacterias patogénicas y oportunistas, dijo que "la ciencia hoy más que nunca es un trabajo colectivo" y recordó a sus colegas, becarios así como sus mentores.
Los investigadores fueron premiados por la influencia de sus trabajos en el progreso del conocimiento en un campo determinado de la ciencia y la tecnología o el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad; así como su lugar de investigador en la formación de nuevas generaciones de científicos y capacidad demostrada para conducir grupos o centros de investigación científicos y tecnológicos.
Con 7.544 investigadores, 2.320 profesionales y técnicos de apoyo, 1.099 administrativos y 9.087 becarios doctorales y posdoctorales, el organismo se transformó en la cuna de miles de científicos argentinos y del exterior.
Es el primero en producción científica y tecnológica de calidad del país y el segundo en la región después de la Universidad de San Pablo y figura con el puesto 95 entre 3.230 instituciones de investigación a nivel mundial.
El presupuesto del CONICET se incrementó 12 veces en el período 2003-2013 y pasó de 236.000.000 a 2.889.000.000 de pesos, mientras que el porcentaje del PBI destinado a Ciencia y Técnica creció en ese mismo período de 0.41% a 0.65%.
La estructura del organismo cuenta hoy con 13 Centros Científicos Tecnológicos (CCTs), 2 Centros de Investigación Multidisciplinarios, 6 Centros de Investigaciones y Transferencia (CIT), 192 Unidades Ejecutoras (UE), éstas últimas con un 90% de ellas dependientes tanto del Conicet como de universidades nacionales.
De ellos, en esta última década, el Conicet creó 6 Centros Científicos Tecnológicos, 112 Unidades Ejecutoras y 6 centros de Investigación y Transferencia en todo el país, que producen el 50% del total de las publicaciones de Argentina.
Al finalizar la entrega de menciones, el director del Conicet, y doctor en bioquímica, Roberto Salvarezza, definió al Conicet como el que "ha producido conocimiento a nivel mundial, ha federalizado la ciencia en el país y ha fomentado la vinculación con las universidades y otros centros de investigación".
Entre los 107 investigadores promovidos a clase superior se nombraron 21 por ciencias agrarias, ingeniería y de materiales; 37 por el ciencias biológicas y de la salud; 39 por ciencias exactas y naturales; 9 por ciencias Sociales y humanidades; y 1 investigador por tecnología, transversal a todos las áreas.
El ministro de Ciencia, Lino Barañao, presidió el acto en conmemoración de los 55 años del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), donde 131 científicos fueron destacados por el aporte a la docencia, a la investigación y al mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.
Veinticuatro de ellos recibieron la mención de "investigador emérito" por haberse destacado en funciones de conducción del Conicet y por haber colaborado en el asesoramiento del sistema científico-tecnológico argentino, mientras que otros 107 fueron reconocidos al haber pasado de "investigador principal" a "superior" entre 2009 y 2012.
"Este es un logro colectivo. En dictadura los científicos eran peligrosos, en los 90 prescindibles; hoy estamos sacando la ciencia de un papel solamente cultural, una actividad para pocos, y la estamos poniendo al servicio de la industria y el desarrollo del país", dijo el ministro, Lino Barañao.
Destacó, ante una audiencia de unas 800 personas entre becarios, investigadores y otros integrantes del organismo, la importancia de estos últimos diez años del Conicet y definió la carrera del investigador como "la que permitió incorporar el concepto de responsabilidad social" en la actividad.
Antes de subir al escenario de la Nave de la Ciencia para recibir su mención como investigador emérito, Eduardo Charreau, quién fue presidente del organismo entre 2002 y 2007, dijo a que el Conicet "es sin duda la nave insignia de la ciencia argentina".
“A partir de la creación del Conicet, los investigadores pudimos pensar que con la ciencia también era posible vivir. Cuando uno llega por vocación el camino es para toda la vida", sostuvo el especialista en endocrinología molecular.
Para Raquel Chan, directora del Instituto de Agrobiotecnología Molecular de Santa Fe y del centro del Conicet de esa ciudad, "después de muchos años de cierre e imposibilidad, hoy podemos decir que la única premisa para ser investigador es querer serlo".
"Con mucho trabajo en equipo y haciendo mérito se puede hacer investigación en Argentina" sostuvo Chan, que encabeza un proyecto sobre las plantas y su posibilidad de enfrentar los cambios climáticos".
En tanto, Daniel Vila, director del CCT de Rosario, que estudia la resistencia que tienen los antibióticos a bacterias patogénicas y oportunistas, dijo que "la ciencia hoy más que nunca es un trabajo colectivo" y recordó a sus colegas, becarios así como sus mentores.
Los investigadores fueron premiados por la influencia de sus trabajos en el progreso del conocimiento en un campo determinado de la ciencia y la tecnología o el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad; así como su lugar de investigador en la formación de nuevas generaciones de científicos y capacidad demostrada para conducir grupos o centros de investigación científicos y tecnológicos.
Con 7.544 investigadores, 2.320 profesionales y técnicos de apoyo, 1.099 administrativos y 9.087 becarios doctorales y posdoctorales, el organismo se transformó en la cuna de miles de científicos argentinos y del exterior.
Es el primero en producción científica y tecnológica de calidad del país y el segundo en la región después de la Universidad de San Pablo y figura con el puesto 95 entre 3.230 instituciones de investigación a nivel mundial.
El presupuesto del CONICET se incrementó 12 veces en el período 2003-2013 y pasó de 236.000.000 a 2.889.000.000 de pesos, mientras que el porcentaje del PBI destinado a Ciencia y Técnica creció en ese mismo período de 0.41% a 0.65%.
La estructura del organismo cuenta hoy con 13 Centros Científicos Tecnológicos (CCTs), 2 Centros de Investigación Multidisciplinarios, 6 Centros de Investigaciones y Transferencia (CIT), 192 Unidades Ejecutoras (UE), éstas últimas con un 90% de ellas dependientes tanto del Conicet como de universidades nacionales.
De ellos, en esta última década, el Conicet creó 6 Centros Científicos Tecnológicos, 112 Unidades Ejecutoras y 6 centros de Investigación y Transferencia en todo el país, que producen el 50% del total de las publicaciones de Argentina.
Al finalizar la entrega de menciones, el director del Conicet, y doctor en bioquímica, Roberto Salvarezza, definió al Conicet como el que "ha producido conocimiento a nivel mundial, ha federalizado la ciencia en el país y ha fomentado la vinculación con las universidades y otros centros de investigación".
Entre los 107 investigadores promovidos a clase superior se nombraron 21 por ciencias agrarias, ingeniería y de materiales; 37 por el ciencias biológicas y de la salud; 39 por ciencias exactas y naturales; 9 por ciencias Sociales y humanidades; y 1 investigador por tecnología, transversal a todos las áreas.
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