En el BCRA calculan que, para noviembre, ya se habían otorgado préstamos por unos 10 mil millones, en el marco de la imposición a los bancos públicos y privados a disponer de un cupo de créditos a tasa subsidiada, cuotas y cambio fijos, para equipamiento productivo y sustitución de importaciones.
Para fines de 2012, aseguraron a Tiempo Argentino en el BCRA, "completarán el cupo en un 95 a 100 por ciento" respecto del dispuesto en julio de 2012 porla comunicación "A"-5319, que exigió a la banca pública y privada el otorgamiento de un cupo de créditos a los sectores productivos con tasas de interés subsidiadas del 15% con cuotas fijas en pesos y con el tipo de cambio anclado al momento de acceder al crédito.
Según los voceros de la entidad, el éxito de la medida "desacredita los argumentos que originalmente esgrimían algunos bancos.
Ellos decían que había créditos de inversión y no había demanda. Pero si hay tasas de interés y plazos razonables quedó demostrado que la demanda aparece. Incluso ha quedado demanda insatisfecha".
El cupo equivale al 5% de los depósitos de cada una de las entidades. Además, debían garantizar un 50% para las pymes.
Los fondos, por su parte, no son de "libre aplicación" sino que taxativamente, deben destinarse a proyectos de inversión en bienes de capital y a la ampliación de plantas de producción y comercio.
La idea de fondo es tratar de promover la actividad sobre la base de ampliar la capacidad productiva y no solamente a partir de un estímulo al consumo.
El gobierno, de hecho, busca promover la sustitución de importaciones de insumos básicos de la gran industria automotriz y electrónica a partir del estímulo a las Pymes para que sean, a su turno, provedoras de las primeras.
La "comunicación", inspirada y bajo el amparo de la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, se inscribe en esa estrategia de fondo.
Los bancos, que inicialmente habían mostrado cierta resistencia a la medida, cumplirán con el cupo y, en algunos casos, los superarán ampliamente.
El cupo establecido totaliza, entre la banca pública y la privada 14.930 millones de pesos.
Según un informe oficial de la entidad a cargo de Mercedes Marcó del Pont, en los primeros tres meses de la vigencia del programa, el 36% de los préstamos fueron otorgados por bancos públicos y el 64% por entidades privadas.
Desde el punto de vista de los sectores, ha sido el industrial el que más créditos ha obtenido (32%) seguido por el sector comercial (23%), la actividad primaria (16,4%), generación y provision de electricidad y gas y agua (15,2%), servicios con el 13,4% y la construcción con un 1,4%.
Además, dentro del sector industrial los más beneficados han sido los sectores de la alimentación (32%), siderurgia y metalurgia (22%) y fabricación de productos minerales no metálicos con el 18%.
Estas proporciones, según aseguraron voceros de la entidad, se mantienen en los informes parciales de los meses subsiguientes y hasta la actualidad en un marco de crecimiento exponencial en los otorgamientos.
Factor de expansión
Los préstamos en pesos al sector privado continuaron siendo el principal factor de expansión de la cantidad de dinero, ya que se incrementaron 3,9% ($12.300 millones), acelerando su tasa de crecimiento mensual, que resultó una de los mayores del año y de los observados en igual mes de años previos. La tasa de variación interanual se ubicó en 38,7 por ciento.
A través del Programa del Financiamiento Productivo del Bicentenario se subastaron $ 480 millones en noviembre, de los cuales se adjudicaron $ 450 millones. El total de fondos adjudicados desde el comienzo del programa asciende a $ 5.578 millones, mientras que los fondos desembolsados alcanzan los $ 3.746 millones. Además, en el contexto de la “Línea de créditos para la inversión productiva”, entre julio y noviembre las entidades financieras habrían desembolsado aproximadamente $ 9.500 millones, un monto equivalente al 64% de los créditos a colocar.
Por otro lado, excluyendo las emisiones destinadas a financiar obras de infraestructura, la colocación de Fideicomisos Financieros alcanzó en noviembre el mayor valor de los últimos años, al totalizar $ 1.500 millones, 45% por encima de las emisiones registradas en octubre. Entre los fiduciantes se destacaron las mutuales, cooperativas y emisoras de tarjetas de crédito no bancarias, las entidades financieras y los comercios minoristas.
Para fines de 2012, aseguraron a Tiempo Argentino en el BCRA, "completarán el cupo en un 95 a 100 por ciento" respecto del dispuesto en julio de 2012 porla comunicación "A"-5319, que exigió a la banca pública y privada el otorgamiento de un cupo de créditos a los sectores productivos con tasas de interés subsidiadas del 15% con cuotas fijas en pesos y con el tipo de cambio anclado al momento de acceder al crédito.
Según los voceros de la entidad, el éxito de la medida "desacredita los argumentos que originalmente esgrimían algunos bancos.
Ellos decían que había créditos de inversión y no había demanda. Pero si hay tasas de interés y plazos razonables quedó demostrado que la demanda aparece. Incluso ha quedado demanda insatisfecha".
El cupo equivale al 5% de los depósitos de cada una de las entidades. Además, debían garantizar un 50% para las pymes.
Los fondos, por su parte, no son de "libre aplicación" sino que taxativamente, deben destinarse a proyectos de inversión en bienes de capital y a la ampliación de plantas de producción y comercio.
La idea de fondo es tratar de promover la actividad sobre la base de ampliar la capacidad productiva y no solamente a partir de un estímulo al consumo.
El gobierno, de hecho, busca promover la sustitución de importaciones de insumos básicos de la gran industria automotriz y electrónica a partir del estímulo a las Pymes para que sean, a su turno, provedoras de las primeras.
La "comunicación", inspirada y bajo el amparo de la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, se inscribe en esa estrategia de fondo.
Los bancos, que inicialmente habían mostrado cierta resistencia a la medida, cumplirán con el cupo y, en algunos casos, los superarán ampliamente.
El cupo establecido totaliza, entre la banca pública y la privada 14.930 millones de pesos.
Según un informe oficial de la entidad a cargo de Mercedes Marcó del Pont, en los primeros tres meses de la vigencia del programa, el 36% de los préstamos fueron otorgados por bancos públicos y el 64% por entidades privadas.
Desde el punto de vista de los sectores, ha sido el industrial el que más créditos ha obtenido (32%) seguido por el sector comercial (23%), la actividad primaria (16,4%), generación y provision de electricidad y gas y agua (15,2%), servicios con el 13,4% y la construcción con un 1,4%.
Además, dentro del sector industrial los más beneficados han sido los sectores de la alimentación (32%), siderurgia y metalurgia (22%) y fabricación de productos minerales no metálicos con el 18%.
Estas proporciones, según aseguraron voceros de la entidad, se mantienen en los informes parciales de los meses subsiguientes y hasta la actualidad en un marco de crecimiento exponencial en los otorgamientos.
Factor de expansión
Los préstamos en pesos al sector privado continuaron siendo el principal factor de expansión de la cantidad de dinero, ya que se incrementaron 3,9% ($12.300 millones), acelerando su tasa de crecimiento mensual, que resultó una de los mayores del año y de los observados en igual mes de años previos. La tasa de variación interanual se ubicó en 38,7 por ciento.
A través del Programa del Financiamiento Productivo del Bicentenario se subastaron $ 480 millones en noviembre, de los cuales se adjudicaron $ 450 millones. El total de fondos adjudicados desde el comienzo del programa asciende a $ 5.578 millones, mientras que los fondos desembolsados alcanzan los $ 3.746 millones. Además, en el contexto de la “Línea de créditos para la inversión productiva”, entre julio y noviembre las entidades financieras habrían desembolsado aproximadamente $ 9.500 millones, un monto equivalente al 64% de los créditos a colocar.
Por otro lado, excluyendo las emisiones destinadas a financiar obras de infraestructura, la colocación de Fideicomisos Financieros alcanzó en noviembre el mayor valor de los últimos años, al totalizar $ 1.500 millones, 45% por encima de las emisiones registradas en octubre. Entre los fiduciantes se destacaron las mutuales, cooperativas y emisoras de tarjetas de crédito no bancarias, las entidades financieras y los comercios minoristas.
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