Hoy manifestamos nuestro más enérgico repudio, ante este nuevo hecho de violencia gravísimo contra una trabajadora de prensa del Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, a quien con amenazas, le impedían hacer su trabajo en la vía publica mientras afiliados del SUTEF se manifestaban en torno al conflicto docente teñido de violencia y hostilidad. Nos solidarizamos con Mónica Lemus ante el duro momento que tuvo que pasar mientras realizaba su labor, con responsabilidad y en el contexto de una democracia consolidada.
Este no es el primer caso, puesto que en esta semana otra compañera trabajadora de la Subsecretaria de Medios, Agustina Cardozo, también recibió maltrato, empujones y agravios mientras realizaba su trabajo en Ushuaia, en instancias de la paritaria que tuviera como consecuencia el maltrato e impedimento de salida a los paritarios de Gobierno durante diez horas, sin poder regresar a sus hogares, ir al baño o comer.
Claramente, las acciones llevadas adelante contra nuestros compañeros paritarios por parte de la dirigencia sindical, no son otra cosa que aquello de lo que se quejaban sufrir bajo otras gestiones de gobierno, tal reza el dicho popular "has lo que yo digo, no lo que yo hago".
De ninguna manera aceptamos la violencia como modo de protesta o reclamo, y mucho menos la destrucción de los espacios de negociación por la prepotencia y el deseo de imponer por la fuerza un único modo de entender y resolver las problemáticas.
Esto se agrava al tratarse del sindicato que nuclea a un gran número de trabajadores de la educación, quienes tienen la responsabilidad de enseñar a nuestros chicos y chicas, cuestiones esenciales para la vida en sociedad. También, deberían defender el derecho a la educación de toda la población, entendiendo al término educación de una manera más amplia que discusión salarial.
En ese sentido volvemos a insistir: cuando la dirigencia sindical ejerce violencia, ¿qué les están enseñando y que están aprendiendo los chicos y chicas de tierra del fuego?
Este no es el primer caso, puesto que en esta semana otra compañera trabajadora de la Subsecretaria de Medios, Agustina Cardozo, también recibió maltrato, empujones y agravios mientras realizaba su trabajo en Ushuaia, en instancias de la paritaria que tuviera como consecuencia el maltrato e impedimento de salida a los paritarios de Gobierno durante diez horas, sin poder regresar a sus hogares, ir al baño o comer.
Claramente, las acciones llevadas adelante contra nuestros compañeros paritarios por parte de la dirigencia sindical, no son otra cosa que aquello de lo que se quejaban sufrir bajo otras gestiones de gobierno, tal reza el dicho popular "has lo que yo digo, no lo que yo hago".
De ninguna manera aceptamos la violencia como modo de protesta o reclamo, y mucho menos la destrucción de los espacios de negociación por la prepotencia y el deseo de imponer por la fuerza un único modo de entender y resolver las problemáticas.
Esto se agrava al tratarse del sindicato que nuclea a un gran número de trabajadores de la educación, quienes tienen la responsabilidad de enseñar a nuestros chicos y chicas, cuestiones esenciales para la vida en sociedad. También, deberían defender el derecho a la educación de toda la población, entendiendo al término educación de una manera más amplia que discusión salarial.
En ese sentido volvemos a insistir: cuando la dirigencia sindical ejerce violencia, ¿qué les están enseñando y que están aprendiendo los chicos y chicas de tierra del fuego?
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