Volveré y Seré Millones: Pasó a la Inmortalidad el Compañero Fueguino José María Castiñeira de Dios | Portal La TDF

Volveré y Seré Millones: Pasó a la Inmortalidad el Compañero Fueguino José María Castiñeira de Dios

A los 95 años de edad, este Sábado 2 de Mayo pasó a la inmortalidad el Compañero José María Castiñeira de Dios, el fueguino más reconocido en el Mundo.
El Poeta, Escritor y Militante Peronista, José María Castiñeira de Dios, nació el 30 de Marzo en Ushuaia, y se acercó al peronismo gracias a su maestro de quinto grado en la escuela primaria, quien luego lo introdujo en el mundo de las letras, el también escritor Leopoldo Marechal. El poeta fueguino fue autor de la frase "Volveré y seré millones" que inmortalizaría la eterna Evita.
Multipremiado y reconocido tanto en nuestro país como en América Latina, España y Francia, entre sus principales obras se encuentran Campo Sur, Del Amor para siempre, Los poetas cantan a sus patrias chicas, Del Ímpetu Dichoso y Oda Filial a Tierra Del Fuego, entre otras.

Con el nacimiento del peronismo fue miembro de la Junta pro-candidatura del Coronel Perón, obteniendo el carnet de afiliado número 48 al Partido Peronista, uno de los episodios de su vida que más orgullo le generaban, según él mismo contaba.

Tras el Golpe de Estado de 1955 fue uno de los miembros del Comando Táctico de la Resistencia Peronista, designado por el propio Perón desde el exilio.

Con la vuelta de Perón a la presidencia en 1973, lo acompañó desde la secretaría de Prensa y Difusión hasta el momento de su muerte.

Desde 1990 era miembro de número de la Academia Argentina de Letras y desde 1994 integró la Academia Nacional de Periodismo, ofició que ejerció en los diarios, Tribuna, Democracia, Clarín, La Nación y La Voz, que dirigió en la década de los años 80.

Además ejerció la función pública en distintos ámbitos: de 1950 a 1952 fue subsecretario de Cultura de la Nación y simultáneamente, director general de Cultura del Ministerio de Educación, presidente de la Comisión Nacional de Cultura y presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano.

En 1973 fue Secretario de Prensa y Difusión de la Nación; de 1989 a 1991, director de la Biblioteca Nacional y de 1991 a 1994, Secretario de Cultura de la Nación.


A continuación, el Portal La TDF compartirá el Poema "Ser Fueguino":

Por José María Castiñeira de Dios.

¿Qué es ser fueguino? La pregunta implica una definición de identidad y más aún cuando esa identidad está en pleno proceso de formación. Recuerdo ahora el título de una obra de Marechal, Las tres caras de Venus. Sí, tres caras de mi tierra natal, Tierra Del Fuego, donde nací hace 86 años, con padres y abuelos afincados en Ushuaia desde 1913, mi patria chica, la que me hizo poeta.

Tres tiempos históricos de la soledad y el desamparo: el primero desde su poblamiento por los nativos y los pioneros hasta la creación de la Gobernación Marítima del entonces territorio nacional; el segundo hasta la eliminación del presidio (-esa negra visión que aún me aterra según Ricardo Rojas); y el tercero desde su provincialización con la Constitución de la Provincia de Tierra Del fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la década del 90, hasta hoy.

Me dirán que el develamiento y el reconocimiento urbi et orbi de sus bellezas naturales, la afluencia turística, el descubrimiento de su riqueza petrolera y gasífera, su parque industrial, el crecimiento poblacional, contradicen la afirmación anterior de tres tiempos históricos de la soledad y el desamparo.

Y responderé con un dato estadístico del Censo nacional de 1991: sólo el 28,9 por ciento de los pobladores son nacidos y criados en su tierra natal, es decir, Tierra Del Fuego tiene la menor capacidad de retención de sus pobladores de todas las provincias del país. Ser fueguino es, entonces, y en primer término, padecer el desamparo. En segundo término ser fueguino es sentir el orgullo del pionero, del que hace patria desde la patria chica.

Por eso lo valioso del aporte humano e intelectual de ese 70 por ciento de venidos del norte y de los países vecinos, injertados en una identidad anterior y a la que proveen de la renovada cultura conformada por sus escritores, pintores, músicos, artistas, profesionales, docentes, aunque manifiesten sus vocaciones en soledad, marginados por el establishment cultural capitalino.

Por eso dije que ser fueguino (y todos los pobladores de la Isla Grande lo son por ser pobladores, mas allá de las distancias de pago chico) es serlo en soledad y desamparo.

Y, además, ser fueguino es el orgullo que aflora en todo fueguino cuando se le pregunta ¿qué es ser fueguino?

Como me ocurre en este momento. Chesterton nos comprendería: -Los romanos no amaron a Roma porque Roma era grande; Roma fue grande porque la amaron los romanos.

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