Mirando 34 núcleos socio productivos estratégicos, el Plan Argentina Innova 2020 se concibió sobre "las nuevas plataformas de propósito general, que son las que revolucionan las formas de producción: nanotecnología, tecnología de la información y comunicación (TIC) y biotecnología", dijo Barañao.
El Plan contempló, además, "que hubiera masa crítica en la Argentina para transformarlas en productos y servicios". Como ejemplo, Barañao mencionó que la biotecnología permitió la obtención de un medicamento natural escaso como la droga artemisinina, una de las tres que se usan en Tratamientos Combinados de Artemisina en malaria, que ahora es producido de a toneladas por una levadura.
Asimismo, “la nanotecnología está permitiendo hacer partículas que llevan medicamentos a los blancos tumorales, así como aleaciones para alivianar las máquinas agrícolas o los aviones, lo cual tiene que ver con el ahorro de energía”.
Argentina vende fármacos a la mayoría de los países con normas vigentes en nanotecnología, rubro en el que el Ministerio tiene una plataforma de presentación de `quién es quién` con más de 100 investigadores, y en el que el país destaca en la aplicación para aleaciones y medicina humana.
Relacionado también con la energía es el uso de biomasa a partir de subproductos de la agricultura, que puede dar cuenta del 25% de las energías mundiales y sólo requiere de mayor tecnología para resolver la instalación de biorefinerías.
"En la intersección entre biotecnología y salud, surge como prioridad la producción de factores de coagulación, anticuerpos monoclonales -con una nueva planta en Pilar-, y proteínas recombinantes para tratamiento de hemofilia", contó el ministro.
En el cruce entre TICs y energías, se destaca el programa de modelado y simulación en súper cómputo junto con YPF, que "modela ondas sísmicas con una computadora que será instalada en el Polo Giol y podrá ser usada, a través de fibra óptica, por otros países”, con aplicación en estudios de subsuelo y radares.
En el de nanotecnología y TICs, el desarrollo de “microchips en el polo de Bahía Blanca para electrodomésticos, teléfonos y computadoras, que se fabricarían en Argentina por primera vez”.
Un componente del Plan es el anclaje territorial, “para corregir que las cuatro ciudades más grandes concentran el 80% de los recursos de investigación", mientras que "muchos de los problemas están en la Cordillera o el NEA (Nordeste)”.
La necesidad de resolución de situaciones en zonas específicas marcó 34 núcleos socio productivos a nivel federal, con problemas concretos de las provincias que no estaban atendidos ni con financiamiento ni con recursos humanos”.
El financiamiento para desarrollos con resultados abarca temas de ambiente y desarrollo sustentable como el bosque andino patagónico en Río Negro; el manejo de riego en La Rioja; los parques solares termoeléctricos en Catamarca; y la resolución de imanes para turbinas eólicas en Ingeniería.
También la producción agrícola, a través de maquinaria que en el sur de Santa Fe da servicios con cosechadoras y pulverizadoras; o la producción de quinua en la localidad jujeña de Cusi Cusi y los pastos transgénicos resistentes a sequía en Rosario.
En el área salud, el enfoque está puesto en el diagnóstico de enfermedades infecciosas en chicos y en brucelosis para el sector lechero, con la investigación de INTA Castelar.
Los abordajes son tan variados como para involucrar productos ganaderos en Santiago del Estero; el cultivo de álamos en Santa Cruz; la eliminación de arsénico en agua en el Chaco; y la formulación de un modelo forestal en Chubut y Corrientes.
En las ciencias sociales, se trabaja para desarrollar pautas de consentimiento informado para poblaciones originarias.
La mirada está puesta también en tecnologías en madera para viviendas confortables y de alta calidad en Concordia; la agricultura familiar en Misiones; los juegos para escuelas en la ciudad entrerriana de Paraná.
Las enfermedades endémicas como el Chagas son prioritarias para institutos públicos y otros cofinanciados con una empresa francesa, y ya “se está produciendo vacuna triple en la Universidad de la Plata”, enumeró Barañao.
El ministro enfatizó que “el financiamiento implica evaluaciones semestrales, los desembolsos son periódicos contra presentación de informe, se controla hasta la última boleta y la auditoría es muy rigurosa, (porque) tenemos que ser escrupulosos”.
El Plan fue presentado hace dos semanas por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto a Barañao, con un proyecto de inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) hacia 2020 del 1,65% del Producto Bruto Interno, que actualmente representa el 0,65%.
Respecto a la I+D financiada por el sector privado, se busca que la inversión total en este concepto alcance el 50%, cuando actualmente es del 26%.
El Plan procura "incrementar la competitividad" de la economía argentina para mejorar la calidad de vida de la población y aprovechar las capacidades científico tecnológicas nacionales en el "desarrollo integral, inclusivo y sostenible del país".
Para ello, prevé que la cantidad de investigadores y tecnólogos por cada 1.000 personas de la Población Económicamente Activa aumente al 5%: actualmente representan el 2,9%.
Asimismo, busca que la proporción de I+D en las provincias -excluidas Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires- alcance el 37%; actualmente está en el 28%.
El Plan contempló, además, "que hubiera masa crítica en la Argentina para transformarlas en productos y servicios". Como ejemplo, Barañao mencionó que la biotecnología permitió la obtención de un medicamento natural escaso como la droga artemisinina, una de las tres que se usan en Tratamientos Combinados de Artemisina en malaria, que ahora es producido de a toneladas por una levadura.
Asimismo, “la nanotecnología está permitiendo hacer partículas que llevan medicamentos a los blancos tumorales, así como aleaciones para alivianar las máquinas agrícolas o los aviones, lo cual tiene que ver con el ahorro de energía”.
Argentina vende fármacos a la mayoría de los países con normas vigentes en nanotecnología, rubro en el que el Ministerio tiene una plataforma de presentación de `quién es quién` con más de 100 investigadores, y en el que el país destaca en la aplicación para aleaciones y medicina humana.
Relacionado también con la energía es el uso de biomasa a partir de subproductos de la agricultura, que puede dar cuenta del 25% de las energías mundiales y sólo requiere de mayor tecnología para resolver la instalación de biorefinerías.
"En la intersección entre biotecnología y salud, surge como prioridad la producción de factores de coagulación, anticuerpos monoclonales -con una nueva planta en Pilar-, y proteínas recombinantes para tratamiento de hemofilia", contó el ministro.
En el cruce entre TICs y energías, se destaca el programa de modelado y simulación en súper cómputo junto con YPF, que "modela ondas sísmicas con una computadora que será instalada en el Polo Giol y podrá ser usada, a través de fibra óptica, por otros países”, con aplicación en estudios de subsuelo y radares.
En el de nanotecnología y TICs, el desarrollo de “microchips en el polo de Bahía Blanca para electrodomésticos, teléfonos y computadoras, que se fabricarían en Argentina por primera vez”.
Un componente del Plan es el anclaje territorial, “para corregir que las cuatro ciudades más grandes concentran el 80% de los recursos de investigación", mientras que "muchos de los problemas están en la Cordillera o el NEA (Nordeste)”.
La necesidad de resolución de situaciones en zonas específicas marcó 34 núcleos socio productivos a nivel federal, con problemas concretos de las provincias que no estaban atendidos ni con financiamiento ni con recursos humanos”.
El financiamiento para desarrollos con resultados abarca temas de ambiente y desarrollo sustentable como el bosque andino patagónico en Río Negro; el manejo de riego en La Rioja; los parques solares termoeléctricos en Catamarca; y la resolución de imanes para turbinas eólicas en Ingeniería.
También la producción agrícola, a través de maquinaria que en el sur de Santa Fe da servicios con cosechadoras y pulverizadoras; o la producción de quinua en la localidad jujeña de Cusi Cusi y los pastos transgénicos resistentes a sequía en Rosario.
En el área salud, el enfoque está puesto en el diagnóstico de enfermedades infecciosas en chicos y en brucelosis para el sector lechero, con la investigación de INTA Castelar.
Los abordajes son tan variados como para involucrar productos ganaderos en Santiago del Estero; el cultivo de álamos en Santa Cruz; la eliminación de arsénico en agua en el Chaco; y la formulación de un modelo forestal en Chubut y Corrientes.
En las ciencias sociales, se trabaja para desarrollar pautas de consentimiento informado para poblaciones originarias.
La mirada está puesta también en tecnologías en madera para viviendas confortables y de alta calidad en Concordia; la agricultura familiar en Misiones; los juegos para escuelas en la ciudad entrerriana de Paraná.
Las enfermedades endémicas como el Chagas son prioritarias para institutos públicos y otros cofinanciados con una empresa francesa, y ya “se está produciendo vacuna triple en la Universidad de la Plata”, enumeró Barañao.
El ministro enfatizó que “el financiamiento implica evaluaciones semestrales, los desembolsos son periódicos contra presentación de informe, se controla hasta la última boleta y la auditoría es muy rigurosa, (porque) tenemos que ser escrupulosos”.
El Plan fue presentado hace dos semanas por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto a Barañao, con un proyecto de inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) hacia 2020 del 1,65% del Producto Bruto Interno, que actualmente representa el 0,65%.
Respecto a la I+D financiada por el sector privado, se busca que la inversión total en este concepto alcance el 50%, cuando actualmente es del 26%.
El Plan procura "incrementar la competitividad" de la economía argentina para mejorar la calidad de vida de la población y aprovechar las capacidades científico tecnológicas nacionales en el "desarrollo integral, inclusivo y sostenible del país".
Para ello, prevé que la cantidad de investigadores y tecnólogos por cada 1.000 personas de la Población Económicamente Activa aumente al 5%: actualmente representan el 2,9%.
Asimismo, busca que la proporción de I+D en las provincias -excluidas Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires- alcance el 37%; actualmente está en el 28%.
Es increíble como la tecnología se ha ido adueñando de cada disciplina, ya imagino cuando estas temáticas sean motivo de estudio para los examenes enarm y la apertura de nuevas especialidades
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