Con 109 años de permanencia ininterrumpida en el continente helado, que se cumplieron ayer, Argentina profundizará el conocimiento científico de la Antártida y el trabajo civil, para lo cual hay excelentes recursos latinoamericanos, afirmó el director nacional del Antártico, Mariano Memolli.
En el nuevo aniversario de la presencia argentina ininterrumpida en el continente blanco desde el 22 de febrero de 1904, cuando el país estableció una estación meteorológica en las islas Orcadas, Memolli enfatizó que "la lógica nacional hoy pasa por un nuevo modelo de trabajo en la Antártida que es de investigación, desarrollo, tecnología y producción industrial".
"De mejorar el conocimiento y las tecnologías también depende la explotación marina, que no es depredar la fauna ictícola y hacer desaparecer peces como está ocurriendo a veces en el Atlántico sur", advirtió.
Por eso, Argentina hará un crucero de investigaciones pesqueras "entre el 52 al 61 de latitud sur, trabajando exclusivamente con el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero-Inidep-, que va a utilizar el buque Holmberg con tripulación mercante y científicos de las dos instituciones para trabajar en esas aguas".
La campaña de los investigadores "promueve incrementar el conocimiento de regiones ictícolas y trabajar con datos propios", contó Memolli, jefe en 1990 y 1991 de la Base Científica Jubany, actualmente Carlini, y responsable médico en 1992 del servicio sanitario de Bases y Campamentos Antárticos.
"No nos olvidemos de que el Reino Unido quiso sacar unilateralmente un área marina especialmente protegida para Georgias, y no es así", cuestionó el director del Antártico.
"Por eso en estos conceptos de investigación, Argentina debe ser amplia y considerar que existen excelentes recursos científicos en Brasil -país con el que compartimos el riquísimo litoral atlántico-, Venezuela, Uruguay, más Perú, Ecuador y Chile por el Pacífico: estamos hablando de una lógica continental para otro continente", planteó.
Asimismo reconoció "la importancia crucial que en nuestra calidad científica tuvo un convenio con Alemania, y trabajos con Canadá, España, Italia, Estados Unidos, Japón e, inclusive, con científicos del Reino Unido en la Antártida".
Memolli sostuvo que "esto refuta el aislamiento de Argentina en el mundo: que no pidamos créditos en economía, no significa que no nos integremos al mundo en un área potencial para la ciencia que figura en el Tratado Antártico como Antártida y ecosistemas asociados".
A partir de 1904 y tras los primeros cuarenta años de presencia antártica exclusiva de Argentina, lo que ofrece uno de los avales de título de soberanía en el área, "los conceptos sobre Antártida hoy tendrían que centrarse en una lógica distinta a la que fue conocer y ocupar tempranamente el continente blanco con un concepto de conquista", indicó Memolli.
Respecto a los recursos naturales, "la posición argentina es conservacionista y la explotación no solo es del recurso primario, sino también, como dice la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner), llegar al valor agregado del recurso que tomamos, buscando además de la pesca, la producción y la comercialización".
"De los estudios bacteriológicos y microbiológicos que pueden darse a nivel de las especies marinas, pueden explotarse muchos recursos como antibióticos, enzimas para trabajar detergentes en frío o desarrollo de nuevas especies para combustibles alternativos al petróleo", ejemplificó Memolli.
En el nuevo aniversario de la presencia argentina ininterrumpida en el continente blanco desde el 22 de febrero de 1904, cuando el país estableció una estación meteorológica en las islas Orcadas, Memolli enfatizó que "la lógica nacional hoy pasa por un nuevo modelo de trabajo en la Antártida que es de investigación, desarrollo, tecnología y producción industrial".
"De mejorar el conocimiento y las tecnologías también depende la explotación marina, que no es depredar la fauna ictícola y hacer desaparecer peces como está ocurriendo a veces en el Atlántico sur", advirtió.
Por eso, Argentina hará un crucero de investigaciones pesqueras "entre el 52 al 61 de latitud sur, trabajando exclusivamente con el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero-Inidep-, que va a utilizar el buque Holmberg con tripulación mercante y científicos de las dos instituciones para trabajar en esas aguas".
La campaña de los investigadores "promueve incrementar el conocimiento de regiones ictícolas y trabajar con datos propios", contó Memolli, jefe en 1990 y 1991 de la Base Científica Jubany, actualmente Carlini, y responsable médico en 1992 del servicio sanitario de Bases y Campamentos Antárticos.
"No nos olvidemos de que el Reino Unido quiso sacar unilateralmente un área marina especialmente protegida para Georgias, y no es así", cuestionó el director del Antártico.
"Por eso en estos conceptos de investigación, Argentina debe ser amplia y considerar que existen excelentes recursos científicos en Brasil -país con el que compartimos el riquísimo litoral atlántico-, Venezuela, Uruguay, más Perú, Ecuador y Chile por el Pacífico: estamos hablando de una lógica continental para otro continente", planteó.
Asimismo reconoció "la importancia crucial que en nuestra calidad científica tuvo un convenio con Alemania, y trabajos con Canadá, España, Italia, Estados Unidos, Japón e, inclusive, con científicos del Reino Unido en la Antártida".
Memolli sostuvo que "esto refuta el aislamiento de Argentina en el mundo: que no pidamos créditos en economía, no significa que no nos integremos al mundo en un área potencial para la ciencia que figura en el Tratado Antártico como Antártida y ecosistemas asociados".
A partir de 1904 y tras los primeros cuarenta años de presencia antártica exclusiva de Argentina, lo que ofrece uno de los avales de título de soberanía en el área, "los conceptos sobre Antártida hoy tendrían que centrarse en una lógica distinta a la que fue conocer y ocupar tempranamente el continente blanco con un concepto de conquista", indicó Memolli.
Respecto a los recursos naturales, "la posición argentina es conservacionista y la explotación no solo es del recurso primario, sino también, como dice la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner), llegar al valor agregado del recurso que tomamos, buscando además de la pesca, la producción y la comercialización".
"De los estudios bacteriológicos y microbiológicos que pueden darse a nivel de las especies marinas, pueden explotarse muchos recursos como antibióticos, enzimas para trabajar detergentes en frío o desarrollo de nuevas especies para combustibles alternativos al petróleo", ejemplificó Memolli.
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