Ley Gaucho Rivero: Respuesta al Director de El Diario del Fin del Mundo | Portal La TDF

Ley Gaucho Rivero: Respuesta al Director de El Diario del Fin del Mundo

El Diario del Fin del Mundo respecto a la Ley Gaucho Rivero viene teniendo una postura Pro Inglesa, y lo hemos expuesto en este artículo (ver). El Director del Diario, Fulvio Baschera escribió un artículo al cual título "La diferencia entre la estupidez y la genialidad..." (ver), a la cual Ingrid Proletto le respondio en el mismo diario (ver) y la cual vamos a reproducir:

Respuesta a la estupidez

Sr. Fulvio Baschera:

Evidentemente la confusión lo turba. Puede que algunos otros estén confundidos y su columna, desde luego, los ayuda bastante.
Usted busca sensatez y lo comprendo perfectamente. Pues por su barrio, de eso: poco.
La Ley Nro 852/2011, denominada Gaucho Rivero en honor al patriota que defendió nuestra soberanía sin andar buscándole el pelo al huevo (o la sensatez) de los demás, es una ley provincial que fue votada el año pasado por unanimidad. Si no encuentra sensatez ahí, renuncie a su búsqueda porque la sensatez, señor Baschera, se halla en los consensos. Y considero que no hace falta hablar más acerca de la legitimidad de la ley Gaucho Rivero.
Decir que la discusión sobre si la actividad turística constituye o no un recurso natural es una nimiedad, reafirma que usted está realmente confundido. Pero eso se soluciona fácil: leyendo la ley. Luego tómese el trabajo de analizar los argumentos en contra y recalcule por qué el foco del debate se centró, justamente, en la nimiedad de la actividad turística. (Si lo necesita, podemos proveerle de un GPS).
No hace falta que se lo diga pero, por si acaso, se lo comento: estoy absolutamente convencida de que el turismo no es un recurso natural como mal expresa usted, sino la explotación de esos recursos naturales.
Mire, si estuviéramos en igualdad de condiciones mediáticas, podríamos dar por terminado su artículo en el primer párrafo ya que resulta absurdo leer el punto de vista de alguien que desde el vamos se confiesa confundido y a la pesquisa desesperada de una sensatez de la que carece (para qué habría de buscarla si no). Pero como la igualdad también ha faltado a su cita, tenemos que tomarnos el trabajo de responder cada punto.
... El Star Princess es (no era) un crucero que portó bandera de conveniencia de Bahamas. Si usted dispone de alguna prueba que indique lo contrario, publíquela en tapa. Por otra parte, si considera que escribir “puerto Malvinas (creo que en referencia a nuestras islas)” es hacer buen uso de la ironía, lamento decirle que se lleva pésimo con ese recurso literario: evítelo. A veces, menos es más.
En cuanto a los dichos de la gobernadora, Fabiana Ríos, tengo una pregunta para hacerle: ¿Usted cree que sus lectores son idiotas? Una ley puede ser interpretada por cualquiera que tenga ganas de interpretarla (parece no ser su caso). La Gobernadora no aplica las leyes, no está eso entre sus funciones. Lo que hizo, y la coloca en un lugar histórico mal que le pese a usted, a sus negocios y al de sus amigos de la cámara de turismo, es no interponer ninguna herramienta legal para que la ley (vigente) continuara en el limbo de las leyes no aplicadas. Después, si lo hizo porque le gusta figurar, porque sueña con ser la tapa de Billiken, porque RB se lo pidió o porque ese día tenía ganas de fastidiarlo a usted, vea Baschera, son especulaciones que, sabrá disculpar, no tenemos tiempo de considerar. Aplauso, medalla y beso para la Gobernadora y que la historia la recompense con la tapa de Billiken si ese es su deseo.
Como algunos de nuestros compatriotas interpretan otra cosa (ya ve que no es tan difícil ponerse a interpretar), iremos a Chubut a explicarles que la ley es la ley y está para ser cumplida por encima de cualquier capricho interpretativo. Pero aún así, en caso de que no estén de acuerdo con que se cumpla hay dos caminos a seguir:
A) Interponerse con herramientas legales para que no se aplique.
B) Vulnerarla.
Me gustaría pensar que no es usted partidario de que las leyes sean sistemáticamente violadas en por de beneficios económicos de unos pocos.
Y llegamos aquí a la única frase con la que coincidimos usted y yo: “barcos piratas”. Aleluya... ¿Qué pasó con las dudas sobre la nacionalidad del buque? Cierto que lo pirata no es privativo de los ingleses.
Considerando las posturas falaces de su resumen, imagino que sus preguntas también lo serán. Analicemos:
¿Cómo se puede afirmar que el crucero Star Princess era de una compañía británica sin haber siquiera descartado la pertenencia del citado navío a la compañía norteamericana Princess Cruises. Situación que a la fecha continúa sin poder ser precisada desde la propia presidencia de la DPP?
Quienes deben demostrar su identidad son ellos. Ante la duda, vamos a seguir sospechando que son ingleses. En mi barrio se llama: hazte la fama y échate a dormir. Vea señor: ladra como un perro, se mueve como un perro, jadea como un perro y mueve la cola cuando está contento: loro, no es.
¿Qué problema puede generarnos a los argentinos que un barco proveniente de nuestras Islas Malvinas toque otro puerto de nuestro país?
¿Usted se da cuenta de la pregunta infantil que acaba de hacer? ¿Para lectores con qué tipo de coeficiente intelectual cree que está escribiendo? Usted, ya no me quedan dudas, no leyó la ley.
¿Si la cuestión radica en portar una bandera inglesa o de conveniencia por qué no se adoptó idéntico criterio con el crucero Infinity que amarrara sin cuestionamiento alguno en el muelle de nuestra ciudad portando bandera de Malta, que al igual que Bermudas (la que traía el Star Princess) es integrante del Commonwealth?
El Infinity, y usted lo sabe, es probadamente norteamericano. Ahora si tiene evidencias de que pertenece al Reino Unido, preséntelas y la próxima se le negará el amarre tal como lo indica la ley Gaucho Rivero, razón de sus desvelos.
La Ley, sr Baschera! Ni la interpretación de la Gobernadora, ni los caprichos de unos veteranos loquitos, ni la conveniencia de las banderas inglesas o de la Cámara de Turismo: se aplica la ley y cuando no estamos de acuerdo o creemos que hay una interpretación diferente acudimos a la Justicia. Son los jueces, no los periodistas, quienes tienen potestad para inclinarse por una interpretación u otra. Lo que hizo la Gobernadora, a ver si usted es capaz de entenderlo, fue valerse de la ley, utilizar esa herramienta maravillosa, para que el crucero no amarre. Listo, todo lo demás que dice aplica para el Star Princess porque es inglés hasta que demuestre lo contrario y no para el Infinity sencillamente, Sir Baschera, PORQUE NO ES INGLÉS.
La dicotomía interpretativa, mi estimado, no es entre fueguinos y chubutenses, no nos tome por tontos, es entre personas que anteponen el dinero y los negocios a la defensa de la soberanía nacional y la validez de las leyes y los que no. Ni falta que hace preguntarle de qué lado está usted.
A mí la comunidad internacional me tiene sin cuidado, pensé que se estaban defendiendo los intereses de los pequeños comerciantes, no los de la señora europea angustiada porque no pudo tomarse el té de las cinco en Ushuaia después de sacarse fotos en el cementerio de nuestros héroes de guerra. Diga que soy mujer, sino le diría (sólo para evitarle confusiones) que me chupa un huevo lo que piense de nosotros la comunidad internacional.
Ya lo de la incapacidad, la solución imposible y otra vez la confusión: qué quiere que le diga, ser director de un medio de comunicación no le da derecho a escribir lo primero que se le viene a la cabeza. Uno no puede exponer desde un medio generador de opinión como si estuviera en el bar de la esquina. Se espera un mínimo de seriedad, de ética, de responsabilidad, de respeto por el lector y, sobre todo, de solidaridad para quienes hace 30 años aguardan algún gesto que los reivindique.
Le tengo que volver a decir que si usted cree que domina el recurso de la ironía la está pifiando. Decir que resultará mucho más provechoso dejar de lado las gauchadas es de una obviedad que orilla lo indigno y se cae del otro lado. Se nota que no puede evitarlo, al menos disimule que siempre se agradece.
Su incoherencia es tan enorme que termina un artículo que comenzó con la afirmación de que la sensatez había faltado a la cita y la confusión nos embargaba a todos, asegurando, con idéntica liviandad, que podemos coincidir. ¿Coincidir quiénes? ¿Acaso cree que todos sus lectores piensan como usted? ¿Sospecha que presentó en esta columna una sola argumentación válida? ¿Qué datos aportó? ¿Qué mirada superadora del espíritu de la ley Gaucho Rivero esbozó?
Qué verdadera pena, don Fulvio, usted que supo ser funcionario público en el ’95, cuando asesinaron a Víctor Choque… Qué lástima, le decía, disponer de todos los medios para ayudar a modificar y mejorar la realidad y utilizarlos para embarrar la cancha, para retroceder dos pasos cada vez que se logra avanzar uno. Si yo fuera usted, no me alejaría tanto de la genialidad. No le tenga miedo, la genialidad está tan lejos suyo que no corre ningún riesgo de que alguna vez lo alcance.

Atte,
Ingrid Proietto
DNI 21.833.580

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