En su sitio personal (ver), el Legislador por el PJ Eduardo Barrientos manifestó:
La juventud militante peronista a sido objetivo en innumerables ocasiones de persecuciones de diversa calaña y tenores. Desde aquel fatídico decreto de la fusiladora en la cual se criminalizaba la mera pronunciación de cualquier palabra relacionada con el peronismo, pasando por los compañeros muertos en la dictadura, los luchadores sociales de los 90 y empezando este 2013 con dos hechos bastante tristes: Los compañeros del Movimiento Evita baleados en un barrio de Rosario y los cumpas del Peronismo Militante de Río Grande apresados por hacer una “pintada”. La casualidad muchas veces es una caraterística que se suele ser utilizada para distraer la atención de una causalidad más profunda, y es por ello que debemos prestar especial atención a ambos acontecimientos y prescindir de las distancias geográficas para que el relieve del contexto se ponga en evidencia. Por un lado, ambos quisieron dejar el mensaje “No te metas” claro y estremecedor, como aquellos “No te metas” de épocas oscuras, donde la militancia se hacía en piezas escondidas, reducida a la clandestinidad. Y algo no menor, es que ambas acciones fueron llevadas a cabo por gobiernos provinciales que dicen ser “Socialistas” pero que a su vez no dudan un instante en usar el poder represivo para “acomodar” esquemas que escapan de sus revoluciones de café. Tampoco hay una contradicción total puesto que el análisis social de ellos no parte de la realidad, sino que busca amoldar la realidad a un paradigma obtuso. Es decir, si el pie no cabe en el zapato, debemos forzarlo para que entre a costa de ampollas y torceduras. Entre Bonfatti y Ríos las diferencias solamente son cosméticas porque ambos comparten la misma raíz metodológica discrecional en relación a la militancia.
Detrás de una pintada que dice Peronismo Militante, Movimiento Evita, La Cámpora, etc. hay algo más que una violación a la “Destrucción de Bienes Públicos y Privados”, hay una organización social que dice presente, que quiere construir y que la descubran, que quiere demostrar que la política no solo es esa resaca de cipayos que nuestro país desde hace un tiempo. Cuando los compas escribieron “Peronismo Militante”, no lo hicieron con odio y rencores como otras pintadas que rezaban “¡Viva el Cáncer!” o “Néstor volvé que te olvidaste a Cristina”, lo hicieron abrazando las legitimas causas que nos rigen como peronistas del campo popular. Porque a nuestro Movimiento no se ingresa por intereses mezquinos ni por odio a la oposición, a nuestro Movimiento se ingresa principalmente por amor, y es ese amor el que llevó a los compañeros del Movimiento Evita de Rosario a enfrentarse desde adentro con el narcosocialismo de Bonfatti. Y también es ese mismo amor el que llevó a los compañeros del Peronismo Militante de Río Grande a pintar con orgullo el nombre de su organización en un paredón. Si el odio que sienten por nosotros es a causa del orgullo gigante que sentimos al ser peronistas, lo lamentamos pero a pesar de las balas y las rejas, no dejaremos de militar.
¡Qué no nos asusten! ¡A seguir militando compañeros!
Artículo relacionado: Fabiana Rios justifica encarcelar Peronistas: "Se aplicó la Ley"
La juventud militante peronista a sido objetivo en innumerables ocasiones de persecuciones de diversa calaña y tenores. Desde aquel fatídico decreto de la fusiladora en la cual se criminalizaba la mera pronunciación de cualquier palabra relacionada con el peronismo, pasando por los compañeros muertos en la dictadura, los luchadores sociales de los 90 y empezando este 2013 con dos hechos bastante tristes: Los compañeros del Movimiento Evita baleados en un barrio de Rosario y los cumpas del Peronismo Militante de Río Grande apresados por hacer una “pintada”. La casualidad muchas veces es una caraterística que se suele ser utilizada para distraer la atención de una causalidad más profunda, y es por ello que debemos prestar especial atención a ambos acontecimientos y prescindir de las distancias geográficas para que el relieve del contexto se ponga en evidencia. Por un lado, ambos quisieron dejar el mensaje “No te metas” claro y estremecedor, como aquellos “No te metas” de épocas oscuras, donde la militancia se hacía en piezas escondidas, reducida a la clandestinidad. Y algo no menor, es que ambas acciones fueron llevadas a cabo por gobiernos provinciales que dicen ser “Socialistas” pero que a su vez no dudan un instante en usar el poder represivo para “acomodar” esquemas que escapan de sus revoluciones de café. Tampoco hay una contradicción total puesto que el análisis social de ellos no parte de la realidad, sino que busca amoldar la realidad a un paradigma obtuso. Es decir, si el pie no cabe en el zapato, debemos forzarlo para que entre a costa de ampollas y torceduras. Entre Bonfatti y Ríos las diferencias solamente son cosméticas porque ambos comparten la misma raíz metodológica discrecional en relación a la militancia.
Detrás de una pintada que dice Peronismo Militante, Movimiento Evita, La Cámpora, etc. hay algo más que una violación a la “Destrucción de Bienes Públicos y Privados”, hay una organización social que dice presente, que quiere construir y que la descubran, que quiere demostrar que la política no solo es esa resaca de cipayos que nuestro país desde hace un tiempo. Cuando los compas escribieron “Peronismo Militante”, no lo hicieron con odio y rencores como otras pintadas que rezaban “¡Viva el Cáncer!” o “Néstor volvé que te olvidaste a Cristina”, lo hicieron abrazando las legitimas causas que nos rigen como peronistas del campo popular. Porque a nuestro Movimiento no se ingresa por intereses mezquinos ni por odio a la oposición, a nuestro Movimiento se ingresa principalmente por amor, y es ese amor el que llevó a los compañeros del Movimiento Evita de Rosario a enfrentarse desde adentro con el narcosocialismo de Bonfatti. Y también es ese mismo amor el que llevó a los compañeros del Peronismo Militante de Río Grande a pintar con orgullo el nombre de su organización en un paredón. Si el odio que sienten por nosotros es a causa del orgullo gigante que sentimos al ser peronistas, lo lamentamos pero a pesar de las balas y las rejas, no dejaremos de militar.
¡Qué no nos asusten! ¡A seguir militando compañeros!
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