FORJA: "Es el lanzamiento de un nuevo Partido Político K" afirmó Osvaldo López | Portal La TDF

FORJA: "Es el lanzamiento de un nuevo Partido Político K" afirmó Osvaldo López

Por Osvaldo López: El Viernes 20 de Febrero, en Río Grande, se presentó públicamente el partido Concertación FORJA, cuyos principales referentes son, a nivel nacional, Gustavo López y, a nivel local, el Intendente Gustavo Melella. El acto contó con una importante concurrencia de público y con una heterogénea representación del arco político fueguino.
Más allá de algunos detalles del sonido y de la ubicación del público y las banderas que podrán mejorarse en el futuro, el acto deja algunos elementos que desde Nuevo Encuentro entendemos necesario procesar, tanto en la perspectiva histórica como en su proyección a futuro, porque siempre estuvimos convencidos de que lo mejor que la política nos puede dejar, como pueblo, es el saldo organizativo de cada salto cualitativo que vamos dando hacia adelante.
Descartamos en esta tarea los abordajes meramente especulativos y las operaciones políticas de que se ocupa la que podríamos llamar ‘prensa de coyuntura’, cuyas ‘teorizaciones’ no pasan el test de la coherencia y la razonabilidad a que somete el archivo, pues priorizan adaptarse a las condiciones que el marketing o el proselitismo imponen al negocio de cada momento y que nunca tienen que ver con los intereses del pueblo.

Algo que se empieza a divisar es la emergencia de una camada de nuevos actores políticos que –propiciamos- debería asumir cada vez más consciente y organizadamente el objetivo de dejar atrás viejas referencias de la primera mitad de la corta historia de la nueva provincia, que escasamente supera las dos décadas (en dicha etapa se sentaron las bases neoliberales de un modelo de sociedad que necesitamos cambiar, con el norte de la viabilidad).

Está claro que esta sustitución generacional no se logra ni en un momento ni de una sola movida, dándose la transición en clave de ‘proceso’ que, por definición, lleva su tiempo y durante el cual, entre otras cosas, se filtran o superviven algunos ‘actores de la vieja guardia’, lo cual no va en desmedro de la existencia de una clara ‘tendencia preponderante’.

Como también tenemos claro que no es lo mismo ‘renovación de dirigentes’ que la constitución de un nuevo sujeto político con cohesión ideológica y programática, y con la fuerza y la voluntad suficientes para transformar la realidad a favor de las mayorías populares y torcer el rumbo de la historia de Tierra del Fuego encaminándola al horizonte de una sociedad inclusiva, igualitaria, pacífica y feliz.

Es apenas un punto en el camino, que pude pararnos frente al desafío. Y ya sabemos que ante un desafío tenemos dos opciones: o lo enfrentamos o lo evadimos. Para enfrentarlo es necesario ser conscientes de él, asumirlo y organizarse, cosas que desconocemos si todos y todas los presentes en el acto de FORJA se plantean o no, pero que en todo caso es la propuesta que Nuevo Encuentro tiene para aportar al debate de la militancia y del pueblo todo.


En segundo orden avizoramos la posibilidad de la decantación de algunas coincidencias macro que debiéramos pasar en limpio, como saldo acumulado hasta acá, y convertirlo en la base de un programa de largo plazo que nos debemos como sociedad. Se pueden ensayar todo tipo de fórmulas de juntadas, en base a encuestas o marketing de campaña, para las próximas elecciones, o podemos empezar a plantearnos en serio llevar más allá de lo discursivo las propuestas de ‘deponer personalismos o mezquindades sectoriales’ y hacer el esfuerzo por priorizar y darle forma a un proyecto de sociedad desde el cual gobernar la provincia los –digamos- próximos cincuenta años. La apuesta de Nuevo Encuentro va en esta última dirección. Ese ‘piso de coincidencias’ de que hablamos da cuenta –hasta lo que pretendemos decir hoy- de ‘la democracia’, por un lado, y del ‘pensamiento nacional y popular’, por el otro. Estos dos factores son un saldo indiscutible de ‘la era k’ que sintetiza y capitaliza para el pueblo tanto la bicentenaria historia de la disputa entre los dos modelos de país (el del campo oligárquico pro colonialista, y el del campo nacional y popular), como también –y acaso fundamentalmente- la lucha de los organismos de DDHH y los movimientos sociales que durante por lo menos las tres últimas décadas del S. XX asumimos la resistencia al desguace de la patria, cuando los partidos políticos fueron cooptados por el neoliberalismo (cfr. Emir Sader).

Ese es ‘el piso k’ con que la Argentina volvió a ponerse de pie en el amanecer que sucedió a la larga noche neoliberal iniciada allá por 1955, para volver a caminar altiva el S. XXI, que es un siglo de revolución que asiste a un cambio de orden civilizatorio de alcance global.

No se nos escapa que ‘el legado k’ es la parte argentina de un proceso que es regional y que, retomando la senda libertaria marcada desde tiempos de San Martín y Bolívar, recupera la Patria Grande en tanto Bloque, y como sujeto protagonista del nuevo sistema mundial que la humanidad está pariendo en clave posneoliberal (forzoso es reconocer la excepción que a la avanzada imperialista planteó la revolución cubana desde mediados del siglo pasado, al duro e inhumano precio de sus aislamiento y pobreza impuestos por quienes no respetaron su derecho de autodeterminación, logrando no obstante ello el más alto nivel de igualdad y bienestar sociales).

Corresponde entonces aprovechar ‘la democracia’ como uno de los componentes innegociables de ese piso de ‘consenso en la pluralidad y en la diversidad’ que también quedó de manifiesto en el acto de FORJA, y destacar que no debemos reducirla a sus aspectos instrumentales o procedimentales, pues una democracia real no se conforma con que la ciudadanía vote cada dos años. Enfocamos el concepto desde su contenido, el cual más que de elecciones en que el pueblo delega el poder en gobernantes nos habla de participación y organización populares, de militancia y formación políticas, de disputas profundas y respetuosas de ideas y de la libre expresión de las mismas, sin censuras, de un compromiso vital con nuestro pueblo y con su historia, con nuestra época y el futuro.

El contenido o ‘la sustancia’ que proponemos para la conceptualización de la democracia nos habla del ejercicio permanente del poder constituyente del pueblo, para la puesta en crisis de ‘el orden establecido’, como mecanismo para su transformación en el sentido más adecuado a la soberana elección del destino colectivo, a la materialización universal y cotidiana de los derechos económicos, sociales y culturales, y de los derechos humanos en general, sin los cuales no puede haber democracia que nos satisfaga, como también afirmamos que ello sólo es posible con un Estado activo en los ámbitos de la economía, de la cultura y de la comunicación.

Y corresponde también cerrar filas en derredor del ‘pensamiento nacional y popular’ como el segundo componente de ese consenso básico que percibimos y proponemos y que también quedó explicitado en el acto de presentación del ‘nuevo partido k’ en Río Grande.

Para no irnos tan atrás en el repaso histórico, referimos esa fenomenal síntesis del pensamiento nacional y popular hecha en esa suerte de paréntesis en la bisagra histórica que se hizo tristemente célebre como ‘la década infame’. Dicho cuerpo de ideas que supo tender un puente entre el golpe de estado de 1930 contra Irigoyen y el ascenso del peronismo a partir de 1943 tuvo hacedores de la talla de Arturo Jauretche, Homero Manzi, Raúl Scalabrini Ortiz entre otros quienes, al decir de Gustavo López, ‘se fueron del partido radical cuando éste dejó de ser popular’, lo cual se intentó revertir durante el alfonsinismo.

Afirmamos la existencia de un consenso abrumadoramente mayoritario, si no unánime, en las inmediaciones de los ideales independentistas y libertarios que entre 1810 y 1816 cimentaron las disputas y definiciones organizativas de la Argentina (sin desmedro de los antecedentes de movimientos emancipatorios a nivel de los pueblos originarios).

Y proponemos que ese consenso no sea meramente discursivo sino que lo encarnemos en nuestras reflexiones y acciones cotidianas y lo proyectemos a cincuenta años adelante como factor intransigible de ese proyecto de sociedad en que necesitamos coincidir y por el cual trabajar desde el pueblo organizado y con la dirigencia política a la cabeza.

Ahí llegados, inevitablemente caemos en la cuenta de que no hay opciones ideológicas ni programáticas que puedan preciarse de respetar nuestra historia, en tanto condicionante de nuestra democracia y de su Constitución, propiciando ideas o medidas políticas, económicas, sociales y culturales que nos retrotraigan al camino de ser colonia. Quienes gusten de los modos europeos o estadounidenses tendrán siempre a mano alternativas como el turismo o la emigración; pero en todo lugar, y fundamentalmente acá, tendremos que ser ‘nosotros’, argentinos, orgullosamente Patria, para lo cual no hay otras recetas que la independencia económica y la soberanía política para afianzar la justicia social y la felicidad del pueblo, que no otro es el sentido de la ampliación de derechos y la inclusión social.

En Nuevo Encuentro pensamos que debemos aprovechar todas las instancias democráticas –y el lanzamiento de un nuevo partido político k, lo es- para actualizar estas dialécticas y sintetizar siempre en un peldaño más arriba, que clarifique la visión del camino del pueblo y de su rumbo a mediano y largo plazo, que debe ser en definitiva el interés excluyente de la política.

No podemos afirmar que todos los actores del acto de presentación pública de Concertación FORJA estén pensando en esto, pero en todo caso es la propuesta –interpretativa y de acción- que desde Nuevo Encuentro tenemos para hacer a partir de lo que vimos en el acto y sin perjuicio de otras miradas. El desafío –si existe- es grande y difícil pero, en nuestro concepto, para eso están los pueblos, la política y los políticos.

Abogado Osvaldo LOPEZ – Senador Nacional (M.C.).

1 comentario :

  1. VAMOS CFK APOYAR PARA LAS ELECCIONES 2017 PARA UN MEJOR PAIS QUE VIVA CRISTINA FERNANDEZ EXPRESIDENTA DE LOS 40 MILLONES DE ARGENTINOS

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