El joven argentino Miguel Walsh, sobrino nieto del periodista y escritor Rodolfo Walsh, acaba de recibir el premio que concede galardones "a investigaciones de excepcional calidad y a candidatos que prometan convertirse en líderes" en Matemática. El mismo se entrega desde hace aproximadamente 15 años y dos de los que lo obtuvieron recibieron más tarde la medalla Fields, el Nobel de Matemática.
con 26 años está licenciado en Matemáticas por la UBA, y es investigador de la Universidad de Oxforda, y acaba de recibir una distinción mundialmente reconocida: la beca del Clay Mathematical Institute, institución de Estados Unidos, que es una de las más prestigiosas del mundo.
Miguel Walsh asisitó a la Escuela Argentina Modelo, para luego licenciarse en tiempo de cinco años de Facultad de Ciencias Exactas, de la Universidad de Buenos Aires. Dos años después, obtendría su doctorado.
"Me consideraba afortunado si me enteraba con dos días de anticipación cuándo teníamos parcial. Siempre me gustaron las tareas que tuvieran algún grado de creatividad y la escuela no me resultó inspiradora, sino más bien lo contrario. Es más: la matemática era la materia que menos me gustaba" expresó el joven argentino.
"Tuve la suerte de que cerca del final del secundario me crucé con problemas abiertos que podía entender. Y ahí me di cuenta de que la matemática era algo diametralmente opuesto a lo que yo pensaba que era. Que en realidad había mucho espacio para crear" finalizó Walsh.
con 26 años está licenciado en Matemáticas por la UBA, y es investigador de la Universidad de Oxforda, y acaba de recibir una distinción mundialmente reconocida: la beca del Clay Mathematical Institute, institución de Estados Unidos, que es una de las más prestigiosas del mundo.
Miguel Walsh asisitó a la Escuela Argentina Modelo, para luego licenciarse en tiempo de cinco años de Facultad de Ciencias Exactas, de la Universidad de Buenos Aires. Dos años después, obtendría su doctorado.
"Me consideraba afortunado si me enteraba con dos días de anticipación cuándo teníamos parcial. Siempre me gustaron las tareas que tuvieran algún grado de creatividad y la escuela no me resultó inspiradora, sino más bien lo contrario. Es más: la matemática era la materia que menos me gustaba" expresó el joven argentino.
"Tuve la suerte de que cerca del final del secundario me crucé con problemas abiertos que podía entender. Y ahí me di cuenta de que la matemática era algo diametralmente opuesto a lo que yo pensaba que era. Que en realidad había mucho espacio para crear" finalizó Walsh.
muy bien. Un muy buen ejemplo de alguien apasionado (y genio) en un area util para la humanidad.
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